martes, 18 de septiembre de 2018

LIBRO: Breve Historia de los Ataques de Buques de Guerra Ingleses a Mazatlán en el Siglo XIX


Breve Historia de los Ataques de Buques de Guerra Ingleses a Mazatlán en el Siglo XIX
de Antonio Lerma Garay.

NO HABRÁ PRESENTACIÓN OFICIAL.
SÓLO ESTARÁ A LA VENTA EN FORMA DIRECTA.
TIRAJE LIMITADO.
PRECIO $ 100.00
A LA VENTA A PARTIR DEL PRÓXIMO PRIMERO DE OCTUBRE.

HE AQUÍ UNA SÍNTESIS:

Un Embrollo Internacional. Año 1858. En medio de la «Guerra de Reforma» un buque de guerra inglés, uno estadounidense y una más de bandera mexicana tienen un conato de guerra en las aguas mazatlecas.

Una Fragata Austriaca. Año 1859. En los tiempos del poderoso gobernador Plácido Vega Daza, un cargamento de café y un barco de bandera austriaca, Ivich, son la causa por la que Mazatlán está a punto de ser bombardeado por un buque de guerra inglés.

El HMS Mutine. Año 1862. El buque de guerra inglés bloquea el puerto de Mazatlán debido a unas groserías proferidas en contra de su capitán.

El HMS Tartar. Año 1862. Un incidente acontecido en Tepic es causa para que este buque de guerra inglés amenace al gobierno de Sinaloa.

El Incidente del Chanticleer. Año 1868. Oficiales de la aduana revisan al pagador general de este barco, al capitán del navío europeo no le gusta el trato que le dan a ambos y procede a bloquear el puerto y amenazar con bombardear la ciudad.

Una de Cal… Año 1849. Cerrar una panadería puede ser un simple acto de autoridad. Pero ello fue motivo más que suficiente para que el capitán de un buque de guerra francés amenazara con bombardear y aun enfrentarse a un buque de guerra inglés en las aguas mazatlecas.

El Final. Año 1868. La Casa de los Lores en Londres y el presidente Benito Juárez toman el delicado asunto en sus manos.

APARTE SU EJEMPLAR



lunes, 17 de septiembre de 2018

El PPS Recibe a AMLO



Ya deben sobrar por ahí reseñas de lo ocurrido ayer durante la visita del Presidente electo. Lo único que deseo resaltar es un encuentro del pasado con el presente que, sinceramente, me tomó por sorpresa.

El mero 16 de septiembre Andrés Manuel López Obrador vino al corazón histórico de Mazatlán a agradecer a los mazatlecos y demás sursinaloenses sus votos en las pasadas elecciones presidenciales. La cita era a las 16:30 horas en Olas Altas.  No sé cuántos éramos. ¿Dos mil, tres mil, más? No lo sé,  pero nadie esperaba una torta ni cien o doscientos pesos por acudir al llamado.   

Llegó él ya cerca de las 18:00 horas. Lenta, mejor dicho pausadamente recorrió una cuadra de la calle Mariano Escobedo hasta llegar a Olas Altas. AMLO saludaba personalmente a gente que lo esperaba  en uno y otro lado de la calle. Yo estaba apostado en la orilla de la banqueta, frente a la calle Escobedo. Una cerca metálica nos mantenía al margen. Pasó a menos de un metro de distancia de mí. Un hombre requirió su atención, le expuso un problema, le entregó unos documentos; él le firmó de recibido.

El rostro de AMLO mostraba gusto de ver esa recepción, al sentir ese  recibimiento. Pero no podía ocultar la fatiga.  Se veía cansado, muy cansado. Pasó rumbo al templete pero la gente quería un saludo de mano, un abrazo, una foto con él, más de una mujer le pidió un beso. A ese paso tardaría varios minutos antes de llegar a El Venadito, es decir al templete.

Hora y media bajo el sol inclemente, atenuado ocasionalmente por una que otra nube, era tiempo más que suficiente. Ya lo había visto. Decidí retirarme apenas pasó a mi lado. Caminé hacia la esquina donde se ubica la entrada a los tribunales federales y desde ahí pude ver una escena que me pareció inédita. Mensajeros del pasado se unían al presente.

Tres banderas solferinas flotaban sobre la multitud. ¿Nostalgia o verdadera presencia partidaria? Su nombre se me oculta en alguna neurona dormida, pero de inmediato me vino a la gente aquel viejo, casi anciano compañero trabajador de los Astilleros Unidos de Mazatlán de quien casi todos se reían debido a su filiación pepesista. Recordé de inmediato su bigote cano, pero sobre todo su sonrisa. Aquel gesto con el  que respondía a quienes se burlaban de su filiación en el Partido Popular Socialista; era esa, la suya, una sonrisa de dignidad, de condescendencia. Con dignidad recibía los escarnios de sus compañeros de trabajo, condescendiente aceptaba la ignorancia política de ellos.

Ahí estaban en Olas Altas recibiendo a AMLO, al presidente de la izquierda, tres banderas  del PPS, del partido político cuyo certificado de defunción fue firmado en 1997.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Escupitajos al INEE


Escupitajos al INEE
© Antonio Lerma Garay

El 7 de agosto de 2002 el presidente Vicente Fox Quezada decretó la creación del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, concediéndole en sus considerandos independencia de las demás autoridades. No obstante, fue mediante la reforma constitucional del 25 de febrero del  2013 cuando se elevaron  a rango constitucional tanto a dicho instituto como a la evaluación educativa.

Fue así como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación renació el año 2013, pero como un hijo no deseado, salvo por algunos sectores. Para los profesores ha sido considerado una afrenta; para el sindicato representó la pérdida de algunos de sus privilegios; para la oposición izquierdista al gobierno un agravio más. Fue el INEE, pues,  en conjunto con la reforma educativa, como  el embarazo  de una mujer a sus  cuarenta y ocho años de edad: sencillamente no deseado.

En los pasados dos años me  tocó trabajar eventualmente pare el INEE,  en campo y en oficina. Siempre como el último o casi último de los eslabones. Pero gracias a ello pude darme cuenta de algunas de las  bondades y  lados flacos tanto de la evaluación y del instituto.  Burocratizado y centralizado éste, tanto que bien podría decirse sovietizado. La evaluación, MUY NECESARIA, mirada por regla general con desconfianza, innecesaria.

Gracias a esos viajes de evaluación conocí a maestros que dan todo por su camiseta: una joven maestra de preescolar en Píramo Viejo, Quilá, municipio de Culiacán, quien atiende a dos grupos, es además directora del centro escolar y también, por supuesto, la administradora.  Vive en un poblado vecino a Píramo y sin carro propio a diario se ve obligada a pedir “raite”. Dos veces profesora, directora y administradora del preescolar recibe un sueldo de $ 1800.00 quincenales. Sí, un mil ochocientos pesos cada quince días.
En la otra cara de la moneda, conozco a una mujer que de cantinera pasó a ser a maestra de niños en un CAM de aquí de Mazatlán; sin haber pasado siquiera por la preparatoria, ya no digamos Escuela Normal o Universidad Pedagógica. ¡Viva México!

El nuevo gobierno ya ha resuelto la abrogación de la Ley de la materia y, por ende, la inexistencia tanto del Instituto como de la evaluación en un “por mientras”. Malparido, el INEE no ve lejos su desaparición; sin embargo,  tiene un calendario programado de actividades y está obligado a cumplir con él.  
Desde el Congreso de la Unión, Diputados y Senadores  del partido político  MORENA  han solicitado al INEE deje de cumplir con las funciones que le competen. Sin embargo, el INEE cumple con una función, para bien o para mal, perfectamente establecida en la Carta Magna. Además, fundamental: Contra la Constitución no puede argüirse Ley alguna, mucho menos un punto de acuerdo.

¿Dónde quedó el respeto interinstitucional? ¿Y  las formas? ¿y el respeto a la Ley, a la Constitución? Los priístas se caracterizaron por aventar al  escusado cuanta ley podían, incluida la Carta Magna. Visto está que con los de MORENA no va haber mucha diferencia al respecto. Si ya se está aplaudiendo la desaparición del INEE: “no va a quedar ni una coma de la reforma educativa”, dijo el diputado Mario Delgado.

Centralizado, burocratizado hasta el exceso, sovietizado si se desea adjetivar así; pero  el INEE tiene existencia constitucional y constitucional es su función. Y no hay “punto de acuerdo”, así sea de ambas cámaras,  que esté por encima de dicho precepto constitucional (contenido en el artículo tercero).  Por ende, el INEE debe continuar con sus funciones mientras el cuerpo normativo que le dio vida jurídica no sea abrogado.

Pero si hasta un miembro de su “Junta de Gobierno”, Gilberto Guevara Niebla,  ya salió volando hacia los nuevos horizontes, si el comunicado de respuesta a la Cámara emitido por el propio INEE se ve timorato. Pero ¿por qué no guardar las formas, respetar tiempos, ley, constitución? ¿Por qué no permitir que el que agoniza muera con dignidad?