martes, 18 de diciembre de 2018

Cuatro Noches con Elsa Aguirre en Mazatlán



Cuatro Noches con Elsa Aguirre en Mazatlán
©Antonio Lerma Garay

Sin lugar a dudas una de las mujeres más bellas de la «Época de Oro del Cine Mexicano» lo fue la chihuahuense Elsa Irma Aguirre Juárez, mejor conocida como Elsa Aguirre. Su belleza la llevó a debutar en el cine con apenas quince años de edad en la película «El Sexo Fuerte,» del director Emilio Gómez Muriel, estrenada el 23 de mayo de 1946. Catorce producciones después, seis años más tarde, protagonizó una comedia cuya trama se ubica en el la Tierra de Venados; sí, en Mazatlán. Dirigida por Raúl de Anda y estrenada el primero de febrero de 1952, «Cuatro Noches Contigo» es la historia de Elsa Peralta, Elsa Aguirre, de su padre, el gobernador Peralta, Domingo Soler, y de Luis Galán, Luis Aguilar, un vendedor convencido de que las mujeres son malas por naturaleza.

En el aeropuerto de una ciudad no determinada del noroeste de México, Elsa está a punto de huir a la Ciudad de México en un vuelo comercial para encontrarse con su nuevo enamorado y, a la vez, huir de su posesivo padre. Pero en cuanto el aeroplano va a despegar, el gobernador en persona ordena detenerlo y bajar de él a su enamoradiza hija. Obligada a regresar al hogar paterno, Elsa no se da por vencida y hace un plan para reunirse con el hombre de quien se ha enamorado, de nombre Joaquín de Orizaba. A escondidas, sale de su casa y va a una casa de empeño para empeñar sus joyas y conseguir el dinero necesario para viajar en tren desde esa ciudad no precisada hasta la capital. Pero su plan comienza a fallar y con el dinero que ha conseguido apenas le alcanza para un boleto de segunda clase a Mazatlán.

Ya a bordo del ferrocarril conoce a Luis, un vendedor de tequila marca «Pechuga de Ángel», un borrachín decepcionado de las mujeres debido a un fracaso amoroso. Pero al enterarse de la nueva fuga de su hija, el gobernador moviliza a todos sus agentes para buscarla, y al llegar a San Blas abordan el tren aunque infructuosamente. No obstante, uno de los investigadores le ha informado a Luis que la mujer es prófuga y que el gobernador mismo ha ordenado su detención. Al ser cuestionada, la mujer le inventa una historia ganándose su comprensión.

En estación del ferrocarril de Mazatlán ya la policía la espera, pero él, condescendiente, no duda en ayudarle a evadirse. En un par de segundos, la cámara recorre Olas Altas desde el cerro de la cruz teniendo como vista principal el cerro de la nevería. La pareja va a hospedarse al hotel, hotel, hotel… no tiene nombre ese hotel. Pero como ella no quiere pasar la noche con un desconocido se va a la plazuela, la plazuela, la plazuela…sepa Dios cuál. Ya ahí, ante el riesgo de ser tomada por prostituta, Elsa se ve obligada a acompañar a un rudo marinero y beberse un «submarino con torpedo» en el «Cabaret El Tiburón.» Muy pronto se da cuenta de que Luis era una mejor opción como compañero que aquel rudo hombre de mar, y ni qué decir de sus compañeros.

Pero, ¿es posible que la caprichosa hija de un gobernador y un simple agente de ventas terminen enamorados en cuatro noches? Pues dicen que Cupido es invencible y que para él no hay muralla infranqueable cuando se trata de enlazar dos corazones con sus certeras flechas.

Es obvio que ni aquel hotel o dicho bar, ni la playa o plaza que se ven son Mazatlán, excepto la toma en mención. Y sí, la trama de inmediato nos recuerda a «Sucedió Una Noche,» de Frank Capra. Pero bien vale la pena escuchar ahí a la cantante, al parecer Concepción Martínez, interpretar «Ay mi Mazatlán», o a Luis Aguilar con «Noches de Mazatlán» sin olvidar, por supuesto, admirar la belleza natural de Elsa Aguirre. Por último, no importa que sean escenarios dentro de un estudio cinematográfico, lo verdaderamente importante es el papel preponderante que aún tenía Mazatlán en la vida nacional, en el cine nacional.

(Imagen de Mazatlán tomado de la película «Cuatro Noches Contigo», póster disponible en internet)

¿Desea ver esta producción? Simplemente cheque en este enlace:

sábado, 8 de diciembre de 2018

El Mural de la Iglesia de Fátima




El Mural de la Iglesia de Fátima
©Antonio Lerma Garay

Con agradecimiento a José Rafael González Serrano, «El Güero,» ayudante de la Iglesia de Fátima.

Existe en Mazatlán una iglesia católica que durante décadas fue conocida como «Iglesia de Fátima.» Ubicada en la cima del cerro de la popular colonia Montuosa, desde hace pocos años se ha intentado cambiarle el nombre a «María de las Américas» debido a que alberga en sus nichos figuras de las advocaciones marianas de cada país de nuestro continente.

Durante la llamada Revolución Mexicana, el cerro sirvió de campo para al menos una batalla entre los grupos combatientes. Después se convirtió en cuartel militar. Luego el extenso terreno de la colonia pasó a ser propiedad de Lucrecia Paredes, según se lee en un plano de la ciudad. Sin saber la fecha exacta, posteriormente se edificó ahí una pequeña capilla de paredes de ladrillo y cal con techo de láminas de cartón. Situada casi al centro del predio, a su norte y sur  había espacio para sendos campos de futbol que niños y jóvenes de aquel entonces supimos aprovechar. Recuerdo que un ciclón se llevó gran parte de la techumbre, dejando la construcción anegada y llena de escombro. Por allá de los años setenta del siglo pasado existió el proyecto de construir una iglesia a imagen y semejanza de la Basílica de Guadalupe, en el Tepeyac.

Nadie podría imaginarse por allá de 1970 que aquella capilla de techo de lámina negra se convertiría en el imponente edificio de concreto de hoy día; quién iba a creer entonces que contaría con uno de los mejores miradores de Mazatlán desde el cual es posible ver la ciudad casi completa y sus alrededores; imposible omitir que, amén de las citadas vírgenes,  cuenta con la figura de Cristo más grande de la región.  Pero existe otro elemento que, a pesar de estar sobre la calle,  pasa desapercibido para mucha gente, se trata de un mural de varios metros de largo por unos tres de alto creación de los artistas cubanos Henry Wilson y Rafael Michel Cruz.


Hacia el año 2009, ambos muralistas crearon esta obra a base de cemento, en relieve, dándole un color como de aleación cobriza oxidada. La obra semeja un pergamino antiguo sobre el que se han plasmado once escenas: cuatro del Antiguo Testamento, cuatro del Nuevo Testamento, y las tres restantes que si bien no son bíblicas sí son del mundo del catolicismo.

Se tomó el señor José Rafael González Serrano, «El Güero,» la molestia de darme los nombres de ambos artistas y de  describirme a los personajes y explicarme el significado de cada una de las escenas:

1.- Del Viejo Testamento. Génesis, capítulos 1 y 2. La creación del hombre. Inspirados en la obra de Leonardo da Vinci, Wilson y Michel nos dan su versión de este momento bíblico.

2.- Del Viejo Testamento. Génesis 3:23. La expulsión del paraíso. Justo debajo del cuadro anterior, inspirado en un capítulo del mismo libro, se ve a Adán y  Eva al ser expulsados del edén.

3.- Del Viejo Testamento. Génesis 22:9-12. Abraham a punto de sacrificar a su hijo. En mi concepto, es este uno de los capítulos más profundos de la Biblia entera. En el cuadro se ve al ángel deteniendo a Abraham quien está a punto de sacrificar en honor a Dios a su propio hijo.

4.- Del Viejo Testamento. Moisés y los Diez Mandamientos. Éxodo 20:2-17. Justo debajo del cuadro anterior, se ve a Moisés mostrando a su pueblo el decálogo que Dios le ha impuesto.

5.- Del Nuevo Testamento. La Anunciación. San Lucas 1:26-37. El ángel Gabriel se aparece a la virgen María y le hace saber los designios de Dios de convertirla en madre de Jesús.

6.- Del Nuevo Testamento. El Nacimiento.  San Lucas 2: 5-13. Colocado debajo del precedente, María y José adoran al recién nacido Jesús.

7.- Del Nuevo Testamento. La Crucifixión de Cristo. Ver los cuatro evangelios. En esta sección los artistas plasmaron a Cristo en su cruz.

8.- Del Nuevo Testamento. La Resurrección de Jesús. San Mateo 28: 4-7 Colocado debajo de la escena anterior, se ve a Jesús que ha resucitado.

9.- No bíblico. Se ve a la virgen en la advocación de Guadalupe como madre de todos los niños del mundo, sin importar raza, color, credo, etcétera.

10.- No bíblico. Una imagen de la Basílica de San Pedro, sede del papado y guía de la Iglesia Católica.

11.- No bíblico. Una imagen de la Catedral Basílica de Mazatlán bajo cuya rectoría se encuentra la Iglesia de Fátima.