El Tsunami de 1832
Antonio Lerma Garay
En 1964, cuando el maremoto
originado por un terremoto en Alaska, supuestamente arrasaría Mazatlán, la
gigantesca ola que aterrorizados esperábamos era llamada por mucha gente «Ola
Azul» u «Ola Marina»; la palabra «tsunami» aún no irrumpía en el léxico mazatleco.
Por todos es sabido que dicha «Ola Marina» nunca llegó, pero siendo la nuestra
una ciudad con puerto sí ha padecido los caprichos de Poseidón. Fue en 1832
cuando aquel pequeño pueblo quedó bajo las aguas debido a una ola gigante que
entró por Olas Altas y fue a introducirse a la Bahía del Fondeadero.
La muy breve descripción de este
evento quedó asentada en una acta del ayuntamiento de Mazatlán, del día primero
de agosto de 1885. El marco en que se da es que la Capitanía de Puerto se
quejaba de que varias personas, entre ellas el señor Adolfo O’Really, invadía
la zona marítima federal. He aquí la transcripción:
«En el catálogo de esas leyes,
más o menos reformadas, vinieron a coleccionarse las que cita en su apoyo la
Capitanía del Puerto, leyes que si desgraciadamente estuvieran vigentes,
Mazatlán sería reducido a una cuantas fincas en razón de estar el centro del
puerto casi en contacto con las olas de las aguas que rompen en la Playa del
Sur y por el poniente con las aguas que rompen sus olas en el destruido Malecón
de las “Olas Altas”, y que ateniéndose a hechos tradicionales, en 1832, por la
parte del poniente se levantó una ola que cruzó por el centro XX XXXXXX de la
ciudad, hasta unirse con las aguas del Astillero que entonces se extendían por la
parte sur hasta la calle de “Venus”. En este caso y conforme a las leyes que
cita el señor Capitán del Puerto, Mazatlán sería considerado como Zona
Marítima, supuestos que no tenía los 20 metros de pleamar para adjudicar un
terreno que no fuera de la federación; pero los tiempos del retroceso pasaron
abriendo paso al progreso y con la antorcha de la ilustración, esas leyes
dejaron de existir.»