Henry Clay
En enero de 1809 Henry Clay
era miembro de la legislatura del estado
de Kentucky cuando recibió de su
compañero Humphrey Marshall una gravísima
ofensa. Acalorados por los debates parlamentarios, aquél proponía que los
legisladores usaran ropa estadounidense más
moderna, éste abogaba por seguir usando el viejo ropón británico. El
sarcasmo de Marshall hirió los sentimientos de Clay y estuvieron a punto de
pelearse en el recinto parlamentario, pero un fortachón colegislador no lo
permitió. Pero Clay no pudo más y reto al otro a un duelo. La mañana del 19 de enero en la desembocadura
del Silver Creek en el Río Ohio, ante varios testigos y jueces del evento,
ambos caballeros se dieron la espalda, caminaron diez pasos, dieron la vuelta y
se dispararon mutuamente. En el primer round Clay hirió al otro, en la segunda
ocasión las balas se perdieron sin tocar
a nadie, pero en la tercera Clay fue
herido en el muslo. Éste quería continuar con el duelo, pero sus acompañantes lo impidieron
alegando que sangraba demasiado. Ninguno de los dos murió y poco después
reanudaron su amistad.
Abogado, político y gran
orador, Henry Clay fue representante de su nativo Kentucky ante el Senado de los Estados Unidos y ante
la Casa de Representantes. De 1825 a
1829 sirvió como Secretario de Estado al presidente John Quincy Adams. Fue candidato a la presidencia en varias
ocasiones, pero nunca la alcanzó. En Estados Unidos Clay es considerado uno de
los más grandes defensores de la
libertad. Se oponía a la esclavitud, se opuso a la anexión de Texas y también a
la guerra contra México.
Pero, qué tiene que ver este
Secretario de Estado con la constitución
política de uno de los estados de aquel México recién nacido. En realidad la
Constitución Mexicana de 1824 fue una copia mexicanizada de la Constitución de
Estados Unidos.
El Estado Libre de Occidente
fue uno de los estados más grandes territorialmente hablando, abarcaba lo que
hoy son los estados de Sinaloa, Sonora y parte de Arizona, en los Estados
Unidos. Comprendía desde el río Gila hasta el sur de Mazatlán, con más de 1600
kilómetros de largo, y hasta los
ochocientos en su parta más ancha. Durante la colonia este territorio recibió los
nombres de Nueva Navarra y Provincia de Arizpe; ya en el México independiente,
en la Constitución de 1824 se le denomina de Sonora y Sinaloa. Ese mismo año
Juan Miguel Riesgo había sido declarado primer
gobernador de este gran estado, pero el día 31 de octubre de 1825 el
congreso local puso en vigor su propia constitución política haciéndose llamar
Estado Libre de Occidente, con la curiosidad que los nacidos y vecinos de este
estado recibían el gentilicio de sonorense.
Desde 1818 Henry Clay se había distinguido por sus discursos
en el Congreso. Vehementemente defendía la libertad y los derechos del hombre;
abogaba por la independencia de México y de los países sudamericanos. Era mayo
de 1825 cuando Clay, siendo Secretario
de Estado y residiendo en
Washington, recibió una carta que le fue
entregada por el Embajador de México en la capital estadounidense, de apellido
Salazar. La misiva estaba signada por Nicolás María Gaxiola, Fernando Domínguez
Escobosa, Manuel Escalante y Arvizu y don Francisco Velazco. Los cuatro eran
grandes personajes, protagonistas de la creación del Estado Libre de Occidente;
los tres primeros pronto se convertirían en sus gobernadores.
Los cuatro escribieron a
Clay reconociéndole su don de estadista y de gran defensor de las libertades y
derechos del hombre. Era por ello, que le hicieron llegar un borrador de lo que
sería la Constitución Política del Estado Libre de Occidente del año 1825.
Clay declaró sentirse
altamente honrado y conmovido por la distinción que le hacían aquellos hombres
que desde tierras tan lejanas, en ese entonces, le pedían sus puntos de vista.
El 17 de junio de ese mismo año les respondió una carta tan larga como amable.
En ella defendía la causa de la
libertad como el primer gran elemento del gobierno del hombre, y lo consideraba
el ligamento que mantiene juntos los variados y conflictivos intereses de una
nación poderosa; apelaba al orgullo de los mexicanos, gente leal e inteligente
que debe adherirse a la causa, ir alrededor de ella, apoyarla porque es la arca
de la seguridad política; rechazaba la
servidumbre, la esclavitud del africano;
apoyaba los sentimientos de Simón Bolívar y de Manuel de Vidaurre, y para el
primero tuvo las mejores expresiones.
El día primero de octubre de
1825 el congreso constituyente del Estado Libre de Occidente celebró una sesión.
En ésta fue leída la extensa carta que Clay les había enviado en respuesta a la
de aquellos cuatro hombres. Según una biografía de Clay esta constitución está
basada en la manera de pensar de Clay, precisamente en aquella carta que había
hecho llegar hasta El Fuerte, primera capital del Estado Libre de Occidente.
La Constitución Política del
Estado Libre de Occidente del año 1825 fue, sin lugar a dudas, una de las
constituciones más avanzadas y liberales del siglo XIX. No hay duda, uno puede advertir en 318 de sus 319 artículos
que la libertad y los derechos del ciudadano por los que abogaba Clay en su
carta eran la esencia de esa Carta
Magna. El precepto plasmado en el artículo cuarto establecía: Es obligación del
estado, proteger con leyes sabias y justas la igualdad, propiedad y seguridad
de todos sus habitantes, aunque sean extranjeros o transeúntes.
Las libertadas consagradas
casi un siglo después en la Constitución
de 1917 ya estaban garantizadas desde
aquella época por la Constitución Política del Estado de Occidente, en
sus artículos 14 a 19; libertad de imprenta y de opinión; de industria, etcétera.
Sus artículos 22 y 23 comprendían un embrión de lo que hoy día es el juicio de
amparo.
Sólo el artículo sexto
empañó el espíritu libertario al imponer a la religión católica como la
oficial.
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