jueves, 26 de mayo de 2016

La Muerte de Jorge Claussen

Los niños Claussen y su institutriz al llegar a San Francisco


(Con agradecimiento a Aracele Govea, del Cypress Lawn Cemetery)

En su edición del día doce de agosto del año dos mil diez el diario Noroeste publicó una entrevista al señor André Mütter Claussen, bisnieto de quien fuera cónsul de Alemania en nuestra ciudad, Johan Georg Claussen, mejor conocido por los mazatlecos como Jorge Claussen. El descendiente del diplomático había venido desde Fráncfort (Francfurt) Alemania para conocer más sobre sus orígenes, y se paseó  y caminó por el paseo que lleva su apellido, el Paseo Claussen.

La entrevista es valiosa,  entretenida y elimina dudas sobre el paradero actual de esta familia. Sin embargo, este descendiente del cónsul de Alemania proporciona un dato erróneo sobre la muerte y vida de su bisabuelo. Asegura él que al morir, éste contaba con treinta y ocho años de edad y que la muerte se debió a un tumor cerebral. La verdad es que al morir el cónsul Claussen estaba a punto de cumplir los cincuenta y un años.

Johan Georg Clausssen  nació el cuatro de julio de mil ochocientos sesenta y dos en Brake, Weser, Alemania.  Su esposa fue  la señora Carlota Sowerbûtts, y de ese matrimonio nacieron María Carlota, Willy, Gerhard, Katie, Flora, Herman y Serene.

Durante la Revolución Mexicana, tras la caída de Francisco I. Madero, las embajadas y consulados de los diferentes países vieron multiplicado su trabajo, ya que muchos de sus ciudadanos así como naturales de otros países acudían a estas legaciones en busca de orientación, protección o auxilio. Mazatlán no fue la excepción, al contrario. Muchos de los extranjeros que vivían en las ciudades del interior llegaban a Mazatlán sabiendo que de aquí les sería más fácil salir del país al abordad cualquier barco. Por ello los diversos consulados que había en la ciudad trabajaban a marchas forzadas ayudando a sus compatriotas y a ciudadanos de otras naciones. El temor que sentían muchos extranjeros de perder la vida era fundado, en agosto de 1912 dos ciudadanos alemanes, de apellidos Schubent y  Hurtling,  habían sido asesinados en Nogales, Sonora. 

El señor Claussen siempre había gozado de buena salud, pero en los últimos días del mes de mayo de 1913 sufrió un ataque de apoplejía y terminó con parálisis y apenas medio consciente. Las condiciones en que se encontraba el país en lo general y Mazatlán en lo particular no eran las mejores para él. Por ello Carlota de Claussen tomó la determinación de llevar a su marido hasta donde pudiera recibir la mejor atención médica. Lo llevaría a San Francisco para que fuera tratado.

El día trece de junio la señora Carlota de Claussen abordó en Mazatlán el buque Colusa en compañía de sus hijos y la institutriz de éstos, señorita Hedwig Hassel. Por supuesto que con ellos iba el cónsul Johan Georg   Claussen. Éste recibió durante la travesía, seis días en total, toda la atención y cuidado por parte de ella y sus hijos, pero no pudo incorporarse. 

Los Claussen llegaron a San Francisco el jueves diecinueve, pero nadie daba ya esperanzas de que el cónsul se aliviara.  

Georg Claussen murió el día veintiséis de junio de mil novecientos trece a consecuencia de la apoplejía.  El sábado veintiocho  de ese mes y año se celebraron las exequias en la Nueva Capilla de Theo and Dierks, en la esquina de las calles McAllister  y Divisadero, en San Francisco. Su cuerpo fue cremado en el panteón Cypress Lawn, en Colma. Sus cenizas fueron depositadas en la funeraria Halsted Brothers

1 comentario:

  1. podrian decir cuando se caso o cuando sus hijos nacieron como mas detalles

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