jueves, 26 de mayo de 2016

Víctor Manuel

Fue a finales de la década de los años setentas cuando escuché en FM Globo de la ciudad de México la canción Sólo Pienso en Ti del español Víctor Manuel San José. Ya había escuchado yo otra de sus canciones, Quiero Abrazarte Tanto, pero en la voz de Marco Antonio Muñiz. En realidad unos tres años antes había sabido sobre su existencia gracias a un joven piloto militar que de El Salvador había traído uno de los discos del cantante asturiano. Lo escuchaban él y mis primos pero yo no le tomé atención. Me reencontré con la producción musical de Víctor Manuel hacia 1984 gracias a un casete que uno de mis primos trajo de la ciudad de México, el cual contenía una colección de éxitos o las mejores canciones del asturiano. Dupliqué la cinta de inmediato y desde entonces durante varios años me acompañaron canciones como Digo Amor y Digo Libertad, Pido la Paz y la Palabra, Pablo y Juana, Luna, Soy un Corazón Tendido al Sol, etcétera.

La calidad de la música de Víctor Manuel me llamó la atención de inmediato, las letras de sus canciones me fascinaron. Encontré en ellas una mezcla de romanticismo, poesía, filosofía, humanismo y otras cosas. En realidad algunas de éstas me parecieron más profundas y con más contenido que libros completos. En México, Joan Manuel Serrat era de los preferidos de quienes gustábamos de ese tipo de música, de hecho éste se había presentado varios años antes en el Casino Mazatlán; también estaba dentro de esa misma corriente Facundo Cabral; desde Cuba, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés ya tenían varios años componiendo y haciéndose escuchar. Pero a mí me gustó mucho más la obra del asturiano.

La discografía del cantante abarca más de treinta álbumes, algunos con la coparticipación de artistas como Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Pablo Milanés y su compañera Ana Belén. Los temas de sus canciones son muy variados y lo mismo habla de amor, que de relaciones homosexuales, como es el caso de Quién Puso Más, en el que tras treinta años de convivencia una pareja de hombres enfrenta el rompimiento, o en Laura ya no Vive Aquí, que trata sobre la separación de dos lesbianas; en Como los Monos de Gibraltar describe a un transexual así como los penares de su familia; las drogas, sus adictos y sus consecuencias también forman parte de su obra, tal es el caso de las canciones Matador, La Madre y otras; Pido la Paz y la Palabra es un tributo al poeta Blas Otero; en De una Sola Manera se Pronuncia tu Nombre nos canta sobre la Libertad, por todos secuestrada; en Sólo Pienso en Ti describe la relación entre dos jóvenes débiles mentales ; y entre otros temas, claro, de sus natales España y de su Asturias, tal es el caso de España Camisa Blanca, Asturias o Cuélebre por mencionar tres de ellos.

Sería una tarea larga, aunque placentera, el hacer una sinopsis de todos y cada uno de los discos que ha grabado Víctor Manuel, incluyendo el más reciente que es No Hay Nada Mejor que Escribir una Canción. Además a ello habría que agregarle su carrera como productor de cine. Sin embargo, me permito mencionar algunos de sus discos que más me han impactado. En 1986 él y su compañera Ana Belén lanzan Para la Ternura Siempre Hay Tiempo, en México quizá el más comercial de sus discos, del cual sobresale La Puerta de Alcalá. También en él se hallan piezas de gran calidad con las que Víctor Manuel reafirma sus convicciones como en No Seré Nunca Juguete Roto o Así Soy o su romanticismo como en Nada Sabe Tan Dulce como su Boca. ¿A dónde irán los besos que no damos? es una pregunta que en sentido estricto delata frustración por parte de quien la plantea, pero cuando se trata de una canción de Víctor Manuel es mucho más que eso. A dónde irán los besos es el título del disco lanzado en 1995, que además de la canción del mismo nombre contiene otras igualmente bellas como Me Asaltó la Primavera, envidia para cualquier cantante tropical, Con un Poco de ti, Ya Eran las Cinco de la Tarde, etcétera. Mención aparte merecen los discos que ha grabado en coparticipación de otros artistas como son Mucho Más que Dos, 1994, En Blanco y Negro del mismo año y con la excelente participación de Pablo Milanés, y El Gusto es Nuestro con Ana Belén, Joan Manuel Serrat y Miguel Ríos.

Aunque Víctor Manuel San José ni remotamente sabe de mi existencia, puedo llamarlo mi amigo porque muchas veces sus canciones me confortaron, fueron como un refugio, como remanso en aguas turbulentas, muchas veces fueron como bálsamo con el que curaba mis heridas; aunque jamás lo he visto en persona, ni siquiera en un templete, me atrevo a llamarlo amigo mío porque en infinidad de ocasiones él con sus canciones fue más amigo que muchas de las personas a mi alrededor. No me cabe la menor duda: Víctor Manuel es un corazón tendido al sol.

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